Con verdadero alborozo saludo a la nueva edición del gran
libro de Víctor de la Serna, Nuevo Viaje de España, que Ediciones de
Librería Estudio, con la colaboración del Gobierno de Cantabria, acaba
de poner en circulación. Por primera vez aparecen publicados en un solo
volumen los dos títulos del encabezamiento, los cuales recogen los
artículos del genial periodista publicados en ABC sobre un recorrido por
la geografía española, que quedó incompleto por la muerte del autor.
Nuevo viaje por España, en los dos volúmenes dichos, fue un éxito
editorial en 1956 y años siguientes, pero antes constituyó un apoteosis
periodístico. Recuerdo muy bien el impacto glorioso de aquellos
artículos que yo leí con fruición siendo estudiante, los apasionados
comentarios que suscitaban y hasta la ordenada lectura que se organizaba
espontáneamente en casinos y cafés, pidiendo la vez los ávidos
seguidores del viaje, para disponer durante unos minutos del ejemplar
único del ABC perteneciente al local, que llegaba a las provincias con
una fecha de retraso
La cosa fue así. En el año 1953, Víctor de la Serna
terció en un diálogo periodístico sobre España, entre el director de ABC
y el escritor José María Gironella, con un artículo, titulado 'La bella
desconocida', en el que proponía salir en busca de España, no a gozarse
en su atraso, ni a hurgar en su pobreza, ni a hacer tremendismo,
tampoco a recorrerla como un geógrafo, minero o arqueólogo, ni siquiera
como solamente un artista. «A España -decía- hay que enseñársela a los
españoles periodísticamente. Solo nosotros estamos calculados para la
explicación popular de la universalidad española, que mostró antes que
nadie aquel torrente cantábrico, despeñado, bramador, caudaloso,
tremebundo y apasionado, Marcelino Menéndez Pelayo. Terminaba el
artículo diciendo: ¡hay que echarse al camino, director!
A los pocos días, ABC le retaba formalmente a descubrir
España a los españoles. Y Víctor de la Serna se lanzó al camino en pleno
goce y ejercicio de una popularidad como ningún otro periodista ha
disfrutado en el tiempo que yo he vivido. Y ya en el camino, ligero de
equipaje, sin más elementos de trabajo que su inmensa cultura y
facilidad de pluma, escribió, al final de cada jornada, en una venta o
en casa amiga o al aire del atardecer, apoyado en el capó del coche,
esos maravillosos artículos que encandilaron a toda España, con su
estilo garboso, desenfadado y hondamente poético, que muchas veces
acelera los pulsos del lector y le corta la respiración por la emoción.
El viaje empieza en Malacoria (el lugar del que partió el
primer movimiento repoblador de Castilla), a la que la adivinación
poética del periodista, coincidente con el dictamen de historiadores de
oficio, sitúa en el Concejo de Mazcuerras. «.aquí pondríamos una piedra
lisa y rosada, de las canteras de la Hoz de Santa Lucía, hermana en
dignidad y nobleza de la arenisca dorada de Salamanca, del travertino
romano y de la piedra de Colmenar con este letrero: Aquí empieza esa
cosa inmensa e indestructible que se llama España». De este lugar, un
día de remota fecha, «a toque de bígaro( esa trompa rústica y como de
carne, en la que está encerrada la música del mar), se puso en marcha,
con sus azadas y sus arados, sus vacas rubias de cornamenta de lira, sus
rezos y su tosco romance ladino, esa gente fortísima de España, que
todavía está en marcha por el ancho mundo». Siguió esta crónica
deslumbrante y mágica por las tierras de Burgos, Palencia, León y
Asturias y, luego, por la Mancha y la marina andaluza y quedó varada
para siempre en los cálidos viñedos del sur, al borde del Atlántico, por
donde Víctor, que nació en Valparaísio, vino con sus padres Ramón de la
Serna y Concha Espina a vivir a Cabezón de la Sal.
Víctor de la Serna perteneció a una generación de grandes
prosistas como fueron César González Ruano, Eugenio Montes, Sánchez
Mazas, Chaves Nogales, Giménez Caballero, Pemán, Mourlane Michelena,
Foxa, Aznar, Luis Calvo, Francisco de Cossío, Julián Marías. Todos ellos
fueron, como Víctor, excelentes escritores de periódicos, género
literario: el artículo y la crónica, que alcanza extraordinario
esplendor en esta generación. Pero su condición de escritor, siendo uno
de los que mejor han manejado la pluma en el siglo pasado, no agota su
personalidad de periodista ni explica su popularidad. Víctor fue un pura
sangre del oficio periodístico, dotado de un gran corazón, que bombeaba
humanidad a todos los poros de su alma. Fundador de La Tarde, antes
animador de los periódicos santanderinos El Faro y La Región; fue el
director que llevó Informaciones a las más altas cotas de circulación y
popularidad, donde firmaba con el célebre seudónimo de 'Unus', el
comentarista político que se atrevió a vaticinar, con dos o tres locos
de todo el mundo , la victoria de Truman en 1948; el corresponsal de ABC
que nos presentó una visión limpia, nueva, alegre y jovial de España,
con un estilo jovial y garboso que aireaba las páginas de los periódicos
como un viento fresco y, un poco travieso, estimulante y limpiador. ¡Y
cómo olvidar aquellos artículos que firmaba en ABC con el seudónimo de
Diego Plata, modelo de agudeza y donaire campechano, que terminaban con
esta graciosa frase: ¡a mandar!
Víctor enseñó desde la cátedra del periódico con rigor y
sin pedantería, resaltando el valor de las cosas justas, grandes y
bellas, haciendo fácil lo difícil y atractivo cuanto asunto tocaba.
Llegó a mucha gente con su lenguaje sencillo y como silvestre y
deleitoso al oído, que hacía las cosas táctiles y perceptibles por los
demás sentidos; como si de sus artículos saltaran las truchas, brincaran
los rebecos o nos persiguiera, levantándonos de cascos, el viento sur
La edición santanderina de Nuevo Viaje de España lleva
una nota preliminar de Jesús de la Serna, maestro de periodistas y digno
sucesor de su padre en la dirección del Informaciones de los años 1968
al 78, el que tanto contribuyó a preparar los caminos de la Transición,
con los prólogos originales de Gregorio Marañón, Eugenio Montes y un
epílogo de Alfonso de la Serna. Incluye, también, el mapa inédito del
proyecto completo del Nuevo Viaje de España dibujado a mano por el
autor. Ediciones de Librería Estudio, a la vez que Nuevo Viaje de
España, ha dado a la luz otro libro Concha Espina. Narrativa de una
novelista que quiso ser poeta, del que es autora Cristina Fernández
Gallo. Este libro merece otro artículo, que espero que haga alguien más
listo que yo, que diría don Víctor.
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